miércoles, 22 de septiembre de 2010

Adiestramiento y Educación Canina en Madrid CCAM99

Importancia de la Educación y Adiestramiento Canino desde cachorro.

viernes, 26 de marzo de 2010

PROTECCIÓN: EL TRABAJO EN EL POSTE












INTRODUCCIÓN

Uno de los inconvenientes con que cuenta el Figurante durante su trabajo es la manipulación inadecuada del perro por parte del guía inexperto. Durante el trabajo de protección todo transcurre muy rápido, de modo que al guía novel le cuesta mucho actuar sin equivocarse. Lo que en un momento determinado ayuda al perro puede incomodarle un segundo después y ello hace que, muy frecuentemente, el guía suponga un verdadero obstáculo para que el perro pueda desarrollar todo su potencial.

Si se trabaja con el perro atado a un poste por medio de una correa de 2m. se facilita mucho el Trabajo del Figurante y el guía puede ir poco a poco aprendiendo a participar de la escena hasta que, más adelante, pueda manejar la correa.



OBJETIVOS DEL TRABAJO DE PROTECCIÓN

Los Reglamentos de SchH y de RCI, en su Sección C, exigen del perro un comportamiento concreto en cada una de las siguientes situaciones:


VIGILANCIAS
• En el Revir: El perro debe mostrar agresión activa frente al figurante inmóvil, ladrando con intensidad y continuidad, sin distraerse y sin siquiera rozarle.
• Después del Auss: El perro ha de vigilar al figurante inmóvil con concentración y tensión, en previsión de una huida o un ataque por parte de éste. El ladrido es optativo.
• Antes de la huida del figurante, durante los registros por el guía y a lo largo de las conducciones por la espalda y al lado, el perro tiene que mantener una tensa vigilancia al Figurante, sin ladrar.

MORDIDAS
El perro ha de entrar a morder con velocidad y decisión, tanto en la huida del figurante como en el ataque sorpresivo, en los contraataques o en el lanzado. MORDIDAS
El perro ha de mostrar en todas sus mordidas contundencia, dureza y seguridad. Durante las fases de presión ha de contrarrestar sobre la presa, a boca llena, bien sea apretando aún más o sacudiendo como para matar.
OBEDIENCIA El perro debe mostrarse en todo momento bajo el control del guía, manteniendo correctamente el FUSS, explorando a toda velocidad los revires cuando se le indique, soltando a la orden o tras la parada del figurante, pasar al Fuss tras las vigilancias, conducir al figurante por detrás y al lado manteniéndose junto al guía y esperar la orden de éste para abordar el ataque lanzado, aún cuando antes sea provocado por el hombre de ataque.


En resumen, el Reglamento de SchH y RCI, exige un perro obediente al guía y que muestre su calidad y su grado de preparación técnica durante las distintas fases de:

 Agresión activa mediante el ladrido en el revir.

 Entradas a morder rápidas y decididas (Fase de Apertura).

 Mordidas seguras y a boca llena en todos los casos (Fase de Carga)

 Sueltas rápidas y limpias tras la inmovilidad del figurante.

 Vigilancias intensas.

Es evidente que para que un perro sea competitivo ha de realizar correctamente el trabajo de protección bajo todas estas exigencias. Por ello, no todos los ejemplares sirven para el deporte. Sólo aquellos dotados de una gran calidad se adaptarán a los imperativos del Reglamento y progresarán en su adiestramiento de alto nivel.

No es objeto de este artículo tratar de cada uno de los factores que influyen en el carácter (carga instintiva, temperamento, temple, posesividad, dominancia, inteligencia adaptativa, recuperación rápida ante la presión, etc.), pero si referirse a los Instintos de Presa y de Defensa, base del comportamiento de lucha, que habrá de desarrollarse al máximo en el perro deportivo.

Lo ideal sería que el perro de competición dispusiera de equilibrio entre Presa y Defensa, pues ello le permitiría cambiar de Instinto con facilidad y agilizaría enormemente su aprendizaje (Agresión durante las Vigilancias y Presa durante las Mordidas). Sin embargo, en la mayoría de los casos, existe un aumento de uno en detrimento del otro. Para que el adiestrador pueda alcanzar su doble objetivo (agresión en el ladrido y plenitud en las mordidas) tendrá, necesariamente, que recorrer un camino diferente según el tipo de perro de que se trate.

La diferencia entre las Conductas de Presa y de Defensa es bien conocida por todos. Por ello solo repasaremos muy brevemente algunos matices de cada comportamiento, según el tipo de perro de que se trate, y sus ventajas e inconvenientes en cada caso.


1. LADRIDO


• DEFENSA

El ladrido es el recurso defensivo en la distancia, con intención de alejar al oponente y evitar un enfrentamiento cuerpo a cuerpo, que podría acarrear lesiones.
El ladrido defensivo está desencadenado por estímulos que provocan cierto grado de inseguridad en el perro, activando así su inagotable instinto de supervivencia.
En estas condiciones, el ladrido es inseguro, fuerte, grave, vibrante y cargado de tensión.
A costa de repetirse la secuencia que lo desencadena, cada vez el animal se siente menos comprometido, al tiempo que se consolida la conducta de ladrar y disminuye la inseguridad. Así, lo que ha comenzado siendo un proceso reactivo, de fuera a dentro, termina transformándose en activo: aparece y se establece la agresión, generada de dentro a fuera.

El perro agresivo ladra bien.


• PRESA

Por el contrario, el depredador caza en silencio, con el objeto de no alertar a la presa. Durante un lance de caza el perro sólo ladraría a la presa para provocar su movimiento (por ejemplo para hacer salir a la presa agazapada de su escondite).
El ladrido sobre la presa es, por tanto, seguro, agudo y completamente desprovisto de agresividad.

El perro de presa ladra mal.



2. MORDIDA.


• DEFENSA

Durante una pelea existe un compromiso de la integridad física. En este caso, los contrincantes persiguen el propósito de lesionar e incapacitar al adversario mediante una mordida seca, dura (tanto como el perro) y cambiante de lugar pero, inevitablemente, comprometida y, por tanto, insegura, nerviosa y en pinza.

El perro defensivo muerde mal.


• PRESA

En el curso de los lances cinegéticos la mordida tiene por intención sujetar y matar a la presa para, a continuación, transportarla a buen recaudo. Por ello, es rápida, segura, tranquila, fuerte (tanto como la presa requiere), fija y a boca llena.

El perro de presa muerde bien.

El Reglamento de Pruebas de Trabajo exige un ladrido agresivo (natural en el perro defensivo, deficiente en el presero) y una mordida predatoria (innata en el perro presero, inadecuada en el defensivo).

Así pues, al perro defensivo habrá que enseñarle a morder
y al perro de presa a ladrar.



3. FUERZAS

El grado de actividad que alcanza el perro en un momento determinado es consecuencia de la interacción de tres fuerzas: Impulso Instintivo (fruto de la estimulación o de la esperanza), Presión Pasiva, negativa, inhibitoria, en contra del Instinto (Física, Psíquica o Ambiental) y Presión Activa, positiva, excitatoria, en dirección del Instinto.




TRABAJO DE INICIACIÓN

Si no se enseña al perro a reaccionar a la Presión de Excitación (Presión Activa), estará a merced de dos fuerzas: La Atracción Instintiva (estimulación del Figurante e Impulso de Lucha) y la Presión Pasiva, de modo que su nivel de energía será la resultante de la resta de ambas intensidades.

Es evidente que el guía no puede controlar todo el segmento de Presión Pasiva que se presenta en cada momento del trabajo, siendo responsable de sus acciones sobre el perro (manipulación, comandos de obediencia, etc.) pero no de los estímulos que provienen del ambiente (temperatura, ruidos, movimiento de personas, etc.).

Cuando se produzca una situación que implique la existencia de mucha Presión Pasiva o cuando exista poco Estímulo Instintivo, decrecerá la actividad y el perro entrará en la zona de inhibición, disminuyendo o interrumpiendo su impulso de acción. Para evitarlo, no queda más recurso que aumentar la motivación, con el inconveniente de que de este modo aumenta la reactividad del perro, lo que le hace retornar a sus inicios, como cuando era cachorro y le impide progresar en el adiestramiento.

Sin embargo, empleando Presión Activa como recurso, será posible contrarrestar la Presión Pasiva presente en cada situación sin necesidad de aumentar la estimulación instintiva, lo que produce en el perro un comportamiento de dentro a fuera, mucho más eficaz.

Durante la primera fase del condicionamiento de la secuencia Estimulación Instintiva-Presión Activa-Aumento de la Actividad, el guía acostumbra al perro a soportar una pequeña cantidad de presión (un pequeño tironcito del collar de trabajo hacia el figurante), siempre en momentos de máxima estimulación, al tiempo que le obliga a permanecer en el instinto con un mayor nivel de energía. En el futuro, cuando decrezca la actividad, la sola aplicación de Presión Activa producirá en el perro un efecto excitatorio condicionado, que será confirmado por el Figurante.

Analicemos el efecto que cada una de estas tres fuerzas ejercen en el perro de Presa y de Defensa, respectivamente.


INSTINTO

Para que se produzca actividad es imprescindible que exista motivación. Y resulta evidente que, antes de morder, el perro de presa se estimula a través de la caza (movimiento de la presa) y el defensivo a través de la inseguridad que le provoca el figurante (cargas amenazantes), incitando así su necesidad de protegerse.

El perro sólo entiende la estimulación a través de su Instinto más desarrollado. Es un error tan grave intentar poner en defensa a un perro de presa o como procurar que un perro defensivo se tranquilice sobre la mordida.

El perro defensivo, en sus primeras clases, desea que cese la situación que le incomoda a través de lograr que la presencia del figurante deje de intimidarle. En una primera fase, cuando el perro se defiende con el ladrido, el figurante le confirma desapareciendo de escena. Luego, el figurante le presiona sobre la defensa, le confirma el ladrido con su gesto de retirarse, vuelve a presionar y ahora le permite morder a boca llena e, inmediatamente, le entrega la manga en el acto y le ignora, permitiendo que el perro se asegure mientras mantiene la presa o la transporta. De esta manera, se le enseña a interpretar que morder y llevarse el manguito equivale a escapar de la presión. Desde las primeras sesiones, se termina la clase avanzando a morder en correa (comportamiento de presa), con inmediata entrega y transporte de la presa.

Resumiendo, al principio del trabajo de protección, al perro de defensa se le enseña a ladrar y a canalizar la defensa sobre la manga a través de la mordida.


El perro de presa, por el contrario, aprende enseguida a disfrutar de un trabajo cuyo fin es morder. El figurante, por tanto, le excita por medio del movimiento de la presa y, en el punto más alto de su actividad, le permite morder, cambiando la escena a máxima tranquilidad, sin entregar la presa. Ahora, durante la fase de mordida, se le carga con cuidado de no activar su conducta de evitación, acostumbrándole a soportar cada vez más presión.

Resumiendo, al principio del trabajo de protección, al perro de presa se le enseña a morder y a aguantar cargas sobre la mordida.



PRESIÓN ACTIVA Y PRESIÓN PASIVA

• En etapas tempranas del adiestramiento, el Figurante debe ser especialmente cauto a la hora de amenazar al Perro de Presa antes de que haya mordido. Este tipo de ejemplar, al sentirse presionado por el hombre de ataque y carecer de suficiente impulso defensivo, sólo puede comportarse de dos maneras:

 Adoptando una conducta de escape hacia la presa.

 Inhibiendo su impulso predatorio, bien adoptando un comportamiento de evitación o, incluso, huyendo.

Al Perro de Presa, sin embargo, le resulta sencillo aceptar la Presión Pasiva por parte del guía (manipulación, obediencia durante el ataque), pues sólo le hace decrecer su actividad de caza para retomarla inmediatamente después. Con este tipo de perro se puede comenzar la enseñanza de la obediencia del ataque y del comando Soltar (Auss) en etapas tempranas del adiestramiento, pues si inmediatamente después de ambos se le permite volver al Figurante, éste actúa como un reforzador de la obediencia al igual que lo hace la pelota o el rodillo y la presión que aplica el guía para conseguir obediencia funciona como presión positiva (Presión Activa) al descargarse sobre el objeto del instinto (El Figurante)..

• Las cargas físicas o psíquicas que el Figurante ejerce sobre el Perro Defensivo, por el contrario, obran a modo de Estímulos de Defensa y aumentan su actividad, pues le incitan a defenderse de ellas. Por el contrario, la presión introducida por el guía para enseñar la obediencia del ataque puede producir en este tipo de animal dos tipos de respuesta:

 El perro se defiende del guía y se revuelve contra él.

 El perro se incomoda tanto que inhibe su conducta de defensa hacia el Figurante.

Por este motivo, al Perro de Defensa hay que enseñarle primero a canalizar la Presión Activa, aplicando pequeños tironcitos del collar de trabajo hacia el Figurante mientras que el perro se encuentra en la fase de ladrido. Sólo más adelante, cuando ladre y muerda bien, se procederá a la enseñanza de la disciplina durante el ataque y al Auss, trabajos ambos que requieren el uso de Presión Pasiva.



TRABAJO DEL PERRO DE PRESA

• El primer objetivo es enseñar al perro a aumentar su actividad y hacerle entender que sólo podrá morder cuando ésta sea máxima. El Figurante entra en Distancia de Excitación y estimula sobre el movimiento en zig-zag del saco primero, de la manga después y de su propio cuerpo más adelante.

Se le permitirá ladrar de lejos para mover la caza, pero no se entrará en Distancia de Evitación, para que no se fije un ladrido inadecuado. Se le dejará morder en el momento de máxima actividad y se mantendrá en el tiempo su mordida natural, tranquila y a boca llena.

• Más tarde, el Figurante introduce cargas de intensidad creciente sobre la mordida, momento en que el perro se siente más seguro, con el objeto de acostumbrarle a superarlas. Al mismo tiempo, el guía introduce la presión activa para obligar al perro a emplearse aún más en la fase de mordida.

• Luego, se inicia el trabajo del ladrido de la siguiente forma: El figurante, mientras se acerca en zig-zag al perro, le estimula al máximo con su movimiento de presa. De repente, se planta inmóvil por primera vez frente al perro y, en ese momento, el guía aplica Presión Activa. La frustración de la mordida genera agresión (ladrido agresivo), que confirma el figurante permitiendo la mordida.

• Por último, se enseña el trabajo del Auss, bloqueando el Instinto de Presa para, acto seguido, volver a confirmar en presa.



TRABAJO DEL PERRO DE DEFENSA

• El figurante entra en el área de activación y estimula al perro sobre la defensa mediante una carga (amenaza). La respuesta defensiva del perro la confirma con movimiento en zig-zag de presa y vuelve a estimular en defensa. El proceso se repite de forma fluida, marcando los dos tiempos (defensa-presa), sin interrupciones, hasta que el Figurante llega al límite de la distancia de evitación. En ese momento, hace morder al perro a boca llena y entrega la presa de inmediato, al tiempo que se sale de la escena para asegurar al perro.

• Conforme se repiten las sesiones de trabajo el perro se asegura, disminuyendo cada vez más la distancia de activación y la distancia de evitación. Al mismo tiempo, el perro a aprendido a sentirse a salvo cuando está mordido a boca llena, a meter la boca cuando ha mordido en pinza y a sujetar la manga para evitar que el figurante se la lleve y vuelva a presionarlo. Ahora, el guía aplica Presión Activa durante el ladrido en el momento de máxima estimulación.

• De este modo, el perro aprende a mantenerse con Agresión Activa frente al figurante inmóvil.

• Más adelante se enseña al perro a soltar (Sobre mordida en presa de escape --- AUSS --- Presión Activa --- Agresión Activa --- Mordida en presa de escape).



PROGRESIÓN EN EL TRABAJO

Superada esta fase, los objetivos a perseguir son:

• Mantener lo aprendido

• Lograr en el perro un comportamiento cada vez más activo (respuestas máximas ante estímulos mínimos).

• Alargar los períodos de vigilancia tras el Auss:
    o Muda, tensa y acechante, sobre comportamiento de caza, en el Perro de Presa.
    o Con ladrido, sobre comportamiento de agresión, en el Perro de Defensa.

• Mejorar la obediencia durante todo el trabajo.




NOTA AL MARGEN

Este artículo fue escrito en 2003. En aquella época, siguiendo las enseñanzas del Dr. Raiser, nos preocupábamos por conseguir de los perros un comportamiento vibrante, que únicamente lográbamos a través del empleo de la Presión Activa. El problema era que pretendíamos a toda costa construir trabajos activos, para lo cual se hacía necesario minimizar la estimulación por parte del figurante, pero en los que intervenía demasiado el guía. Si no se era sumamente cuidadoso, los perros pasaban de ser reactivos al figurante a ser reactivos al guía. Y es que aquellos perros no tenían, en general, la calidad de los perros de hoy.

La cría concienzuda del pastor alemán de trabajo ha evolucionado tanto en estos años que ahora los perros poseen mucho más motor que entonces. En el momento actual el equilibrio entre los instintos de defensa y presa es mucho mayor, como también lo es la expresividad de ambos tipos de comportamiento. En el presente, la dificultad del trabajo de protección, al igual que el de obediencia y el de rastreo, se plantea en la disciplina, porque el perro que se selecciona para el deporte ofrece una disposición natural tal que no es tan importante despertar sus instintos, pues ya lo están de por sí. Lo realmente difícil con los ejemplares modernos es mantener en todo momento tanta energía bajo control. De modo que los deportistas del 2010 nos enfrentamos a un nuevo reto: desarrollar al máximo el autocontrol de nuestros perros para que continúen mostrando un trabajo enérgico pero ordenado.

lunes, 22 de marzo de 2010

EL LIDER DE LA MANADA.

...será nuestro amigo por siempre, siempre, siempre. Rudyard Kipling


Por el Dr. Arsenio Menchero Sánchez







Así titula César Millán uno de sus libros. Pero el mismo César Millán dice “rehabilito perros, adiestro personas”. Porque realmente, este autor no es un adiestrador, ni lo pretende, porque todas sus acciones se basan en el establecimiento de la jerarquía, porque su más que controvertida filosofía se basa en el único principio de que para que el perro alcance su bienestar ha de establecerse un equilibrio entre ejercicio-orden jerárquico–afecto, en un porcentaje de 70, 20 y 10 por ciento respectivamente.



Según “el encantador de perros”, es suficiente mantener esta armonía para que el perro se integre adecuadamente en la “manada” familiar, a través de realzar la importancia de la figura del líder: líder admirado, frente a gerente temido. Pero, aunque tal vez no sea del todo desacertada su opinión, alcanzar esta meta no es suficiente, motivo por el cual quizás haya recibido un buen número de críticas de diferentes adiestradores profesionales.



Puede que el perro que no sale del entorno de su vivienda cotidiana tenga bastante con este entrenamiento elemental, pero aquel que ha de cambiar de ambiente necesita una mayor preparación, pues para que se comporte de acuerdo con las reglas sociales es ineludible que obedezca, es necesario que esté adiestrado.



El adiestramiento básico, a través de cuatro ejercicios (acudir, caminar al lado, permanecer quieto sentado o tumbado) permite que el perro someta su voluntad a los deseos del instructor, aunque es error común suponer que el fin perseguido es la realización obediente de estas habilidades que no son sino la excusa para conseguir un propósito superior: la integración sin traumas del perro en la sociedad de humanos en la que le toca vivir.



Adiestrar es enseñar y enseñar equivale a exponer el conocimiento. El buen profesor permite al alumno escoger de forma voluntaria la mejor alternativa para él. El secreto cuando se adiestra es hacer entender al perro que la opción que se le presenta es precisamente la que le conviene.



Los modernos adiestradores, que se autodenominan cognitivos, defensores del llamado “método natural”, reniegan de la presión para distanciarse de los sistemas tradicionales de entrenamiento canino, se oponen a cualquier tipo de fuerza física durante el proceso de trabajo y se escandalizan ante el uso de herramientas tales como collares de anillas, de púas o eléctricos.



Hasta aquí estamos de acuerdo. Durante la fase de enseñanza hay que explicar, porque el aprendizaje es un proceso activo que implica comprensión y la comprensión lleva a la solución. La imposición, en cambio implica limitación de las posibilidades efectivas.



Pero no basta con enseñar los ejercicios. No es suficiente con que el perro los haya asimilado. Para que los comportamientos aprendidos se realicen con firmeza es preciso que exista compromiso y éste debe ser superior al estado de ánimo o sólo se trabajaría cuando se estuviera en un buen momento.



Los adiestradores cognitivos olvidan que en la naturaleza hay presión, que los seres humanos nos autopresionamos diariamente, que el compromiso que rige nuestras vidas es una forma voluntaria de coacción y que la obligación en sí no necesariamente ha de suponer un conflicto.



Con el verdadero adiestramiento el instructor enseña a su perro a elegir pero también a manejar las influencias ambientales desagradables. Su labor no se limita al desarrollo de conductas más o menos complejas, sino que se extiende a que el perro supere dificultades, a que disfrute trabajando, a que se mantenga en la acción hasta el final, mejorando así su autoestima y sintiéndose más fuerte.



Actualmente se ha impuesto un nuevo sistema en las empresas referido a un estilo particular de liderazgo que involucra tanto al superior como a su subordinado y que implica la mejora en las destrezas del equipo: se trata del coaching. Pues bien, esta metodología puede aplicarse perfectamente al adiestramiento moderno, pues permite que hombre y perro se beneficien mutuamente del proceso de entrenamiento, mejorando su vínculo a través del respeto recíproco.



Sólo trabajando así, haciendo coaching canino, se consigue una sólida preparación encaminada a alcanzar cotas más altas, únicamente de esta manera se logra que el perro, que ha aprendido a manejarse inmune a distracciones de todo tipo, realice complejos trabajos de utilidad social. De esta forma se establecen los cimientos del perro entregado en cuerpo y alma, sea de asistencia, de rescate o de policía, pero siempre formando un sólido equipo con su guía, su verdadero líder.